CIELOS Y GATOS

Maria Coma



“El meu cap és ple de sons. Miri on miri, ho sento tot.  El món es fa gran i jo tinc mil orelles. No pretenc morir i fer les maletes”. Nunca había escuchado un canto a la vida y a la curiosidad tan hermoso como este Mil orelles que Maria Coma nos acaricia delicadamente en su primer álbum en solitario, Linòleum (Amniòtic records, 2009). Sus notas van entrando sigilosamente en nuestro esquema cotidiano y lo enrojece y envuelve de cielos llenos de manzanas jugosas y deseos salados de vertiente vibrante y juguetona. Al abrir nuestras ventanas, podremos redibujar el mundo zurciendo los antiguos sueños que creíamos rotos para siempre. El cielo, el nuestro, no debe esperar.

Maria Coma empezó, discográficamente hablando, formando dúo con Pau Vallvé en el grupo U-mä, nombre bajo el que publicaron un disco homónimo, U-mä (Error! Lo-Fi / u_mä, 2007). Su música la describieron como una mezcla de nostalgia, naturaleza y “hecho en casa”, fruto de sus experiencias diarias. Sonido definido por ellos mismos como mántrico que sentó las bases de sus dos fuerzas creadoras ambas importantes en la música en catalán. Pau Vallvé también la acompaña en su primer álbum en solitario, tocando la batería y el bajo y llevando las riendas de la producción y la mezcla.


El presente disco empieza Dormint con sonido juguetón y pidiendo que nadie rompa su descanso, aunque la vitalidad pronto cobra protagonismo. Gat lo rompe todo porque quiere jugar con todos nosotros. No et quedaràs orfe, nosaltres som bones persones le canta Maria al gato que ha irrumpido en su vida en juego permamente. Y en ella todo está dominado por un Cel salat que se anuncia doliente al piano. La melodía es verdaderamente hermosa. Un paper ha caigut i els altres dubten, dos papers també i els altres tremolen, l’aire ja no és tan blanc i es desmunta el decorat. Todo es frágil por ser efímero pero es importante seguir danzando a pesar de las nubes negras. Y Maria sigue llevando a su piano de la mano hacia un cielo salado pues no podia ser per sempre el cel un decorat, ja us ho vaig dir que de paper no aguantaria gaire temps. Y caído el decorado Sempre és present empieza con energía irremediable como el paso del tiempo. Las aguas se calman a tiempo de la reflexión que luego vuelve con fuerza pues ara què ha passat sinó el temps?.

Ramats de pomes regresa a la imaginación como fuente de vida. Allà hi ha un os formiguer que et xucla aquelles llàgrimes si plores i et fa estar molt més content. Però amagat hi ha un rellotge molt atent i una pometa despistadeta. Todo es volátil y estimulante a la vez. La vida se escapa pero te empuja a seguir viviendo.

El disco es como un incesante rayo de creatividad lírica. Mil orelles es seguramente la canción que mejor resume el espíritu artístico de Maria Coma cantando una vez más a la vida en el sentido contrario al que lo hacemos la mayoría, que vamos reduciendo nuestra visión del mundo y con él la ilusión, resignándonos al modelo de una vida gris. Ella se niega con fuerza en Placenta cantando no vull començar a morir com tothom que no en sap del tot de ser feliç. Triste y crudo, pero cierto. Quizás su ramo de manzanas nos lleve a mejores cielos.




Texto de Juan Carlos Romero
Fotos de Ibai Acevedo