UNA HABITACIÓN CON VISTAS

GraŻyna Bienkowski



"Quand tu ne sais pas où tu vas, arrête-toi et regarde d'où tu viens”. Este proverbio senegalés es la frase con la que ella misma encabeza la información sobre su carrera artística. Su disco Antichambre (2010) es muy fiel a tal principio, abriéndonos las puertas de un gran talento compositivo. Sus manos nos brindan melodías al piano que crean hermosas vistas en las ventanas cotidianas.

De formación clásica en su propia ciudad, Bruselas, su inquietud la ha llevado siempre a jugar también en los terrenos del jazz y la música contemporánea, teniendo la improvisación como elemento importante en su composición. En 2007 compuso en vivo la música para un espectáculo de danza contemporánea en el Lefthand – Try Out Festival VCA Brussels. Más tarde, llegarían colaboraciones compositivas con la guitarrista Catherine Struys dentro del grupo Ensemble Reine Kaméléon, del cual ella es miembro fundador. Juntos crean una música que ella califica como banda sonora literaria por su inspiración en la obra “Música para camaleones” de Truman Capote.

Su disco Antichambre ella lo define como consisted of pieces for piano solo, we find a writing of a minimalist vein and tinged with a composed improvisation, the beat there is out of a classical frame many times to make itself intimist and closer. Y en efecto, su música te abraza y te lleva en danza por vistas que fluyen dentro de ti y sin ti.

Hospitalité abre el disco en un paisaje lejano y cercano a la vez. Los recuerdos afloran, las derrotas y las pérdidas vuelven a nosotros en busca del hogar perdido. Todo se vuelve nada y ahí empieza nuestro recorrido hacia el resto de nuestras vidas. Su belleza es estremecedora, más aún en directo. La sensibilidad de Grażyna para la melodía muestra una personalidad en pleno florecer y abierta a todo.


Tres interludios bajo el nombre Short cut incrementan nuestro deseo por conocer más obras suyas. Ella bebe de influencias como Michael Nyman, Philip Glass y el clásico Kurt Weill y describe su música como un camino entre el lenguaje visual y el musical.

Otra pieza, Ballade pour Harper Lee, es realmente emotiva. Su cadencia minimalista impregna de soledad irremediable nuestro paisaje vital. Todos sabemos que es así, que la lluvia siempre estará presente en nuestro interior, pero escuchado en sus notas se torna verdad implacable. Aún así, la melancolía puede ser dulce cuando somos capaces de entenderla como algo nuestro, como el final de algo bueno y un crecimiento de nuestra alma, como la música de Grażyna, que nos abre las ventanas a nuevas vistas donde verter nuestras vidas.

Texto de Juan Carlos Romero
Fotos de Frédéric Oszczak-SOFAM