El verde imposible
© Baylón |
Carmen París está de gira
presentando su álbum Ejazz con jota (Producciones Parisinas, 2013), un proyecto surgido tras una gira anterior con la
saxofonista chilena Melissa Aldana ya bajo el título Epheminity:
Ejazz con jota.
Nacida en Tarragona pero criada en Utebo, esta artista aragonesa ha logrado
llevar la jota a los escenarios de las músicas del mundo dándole aires nuevos y
conservando toda la esencia de la tradición. Debutó con Pa’ mi genio (2002, Warner Music) mostrando un
sonido plenamente contemporáneo a partir de un folklore que, por desgracia,
muchos querían enterrado. El siguiente paso fue Jotera lo serás tú (2005, Warner Music) con
composiciones originales por donde además de la jota se escuchan sonidos
cubanos, brasileños y rancheras mexicanas. Precisamente en La Habana crea InCubando
(Warner Music Spain, 2008) donde la jota comparte ahora sí protagonismo con
Cuba además de colaborar con Santiago Auserón, Ludmila Mercerón y Haydée
Milanés, la hija del maestro Pablo. Su última entrega es Ejazz con
jota grabado en Boston, en el mítico estudio Blue Jay,
con la Concert Jazz Orchestra de Greg Hopkins, toda una magnífica big band
formada por 16 músicos de reconocimiento internacional, además de contar con grandes como el saxofonista George Garzone, el batería Joel Rosenblatt y la mencionada joven pero ya prestigiosa saxofonista Melissa Aldana como invitados
especiales. Cantado combinando inglés y castellano, el traje internacional le
sienta a la jota de maravilla, así como las armonías y ritmos jazz, dando como
resultado una delicada obra que lanza la tradición folklórica aragonesa y a la
propia Carmen París a un lugar destacado en la música contemporánea. A soñar
con el verde imposible, o lo que es lo mismo, con el gran talento de Carmen
París.
¿Quién es Carmen París?
¿Cómo artista me imagino
que quieres decir? Soy una artista inquieta, creativa, innovadora. Lo soy de
vocación porque empecé de niña a cantar a penas comencé a hablar. Luego estudié
música, he hecho mi vida en la música y he conseguido crear un estilo propio.
¿En tu familia había un
ambiente musical?
Sí, lo mamé en casa. Mi
padre era un gran aficionado a la música que había estudiado un poco de niño
hasta que llegó la guerra y mi madre era muy buena actriz y rapsoda, recitaba
excelentemente y cantaba muy bien también. Entonces en mi casa pues claro,
cuando empecé a hablar me puse a cantar y mi familia aumentó el cultivar ese
talento.
¿Y con qué poema o
canción te has sentido más identificada en tu vida?
Hay muchos. No sabría qué
decirte. Y de los míos no sabría cuál decir porque todos mis hijos me parecen
guapos. Es complicado, todos los temas que he escrito tienen algo de mí.
El último disco abre con
un tema instrumental muy jazz y después cantas Noble y bravía, que habla del
carácter de Aragón. ¿Tú definirías igual el carácter aragonés?
Sí, somos nobles. La
copla explica muy buen nuestro carácter.
Entonces, ¿crees que esta
copla sigue siendo actual?
Bueno, no es muy actual,
creo que se está perdiendo y de hecho por eso le he dado un aire melancólico al
tema. Le he cambiado los acordes para que suene un poco triste porque estoy
evocando algo que estamos dejando de ser.
¿Crees que se está
perdiendo esa esencia?
Se está perdiendo la
esencia de la personalidad de todas las identidades culturales, no sólo ocurre
en Aragón. Todas las identidades pierden su esencia en pro de una
homogeneización cultural con esto de la globalización.
Sin embargo hay un
resurgimiento de los nacionalismos.
Sí pero están
manipulados. Yo prefiero hablar de amor a la tierra y a la cultura antes que de
patriotismo o nacionalismo. Están surgiendo nacionalismos pero muy politizados
y no de reconocer la importancia de preservar la cultura frente al sistema de
mercado que las está hundiendo a todas.
El amor a tu tierra está
muy presente en tu música y ahora has dado un paso más al acercarla un poco más
al jazz.
Tenía la cuenta pendiente
de acercar la jota al jazz, aunque en mis tres primeros discos ya estaba
presente la armonía del jazz. Pero es cierto que en este último está más presente.
Esto viene de que yo me crié en Utebo cerca de la base militar americana y
recibí toda la influencia de la cultura anglosajona, de su cine y su música.
Soñaba con poder estudiar en una de las mejores universidades de jazz que hay,
en Boston, la Berkeley, y estudiar improvisación, composición de jazz, técnica
vocal que no fuera la del belcanto. Pero no me lo podía permitir porque era muy
caro y no estaba a la altura de mi bolsillo así que tuve que aprender de manera
autodidáctica colaborando con otros músicos a base de trabajar. Así que era una
especie de justicia poética después de unos años en los que no conseguí
estudiar allí pero conseguí algo más difícil finalmente y es que los profesores
de la Berkeley tocaran jota, de la que no habían oído hablar en su vida. Así que
pensé, yo ahora os traigo lo que no conocéis, la identidad de mi tierra,
después de haberme criado yo con vuestra cultura. El resultado de mi música es
su influencia sin perder la identidad de mi tierra.
Y cómo te sientes con el
resultado del encuentro de la jota y el jazz pues desde fuera tiene algo de
mágico, especialmente por el prejuicio despectivo que en España se ha tenido
hacia la música folklórica.
Sí, sobre todo después de
la dictadura porque el folklore fue muy utilizado por el régimen y tras la
dictadura la gente tenía ganas de abrirse al mundo. De ahí que se mirara
despectivamente nuestras señas de identidad cultural como puede ser nuestro
folklore hasta que nos dimos cuenta de que también era muy valioso. Al fin y al
cabo el pop anglosajón viene de su folklore. Nuestra música también y con el
tiempo el flamenco y la copla fueron fusionándose con otros estilos y yo pensé
porqué no con la jota. La jota nació antes que el flamenco y está en el origen
de muchas músicas latinoamericanas.
De hecho el disco tiene
muchos toques latinos.
Sí, porque han formado
parte de mi vida en algún momento. La jota la canté de pequeñita pero a los
catorce años la dejé al estar en el conservatorio donde toqué con grupos de
diferentes estilos: tango, salsa, rock, jazz…Cuando empecé a definir mi estilo
propio como creadora fue como un guiso en el que entraron todos los elementos
de mi experiencia musical y además intentando mostrar las características de la
grandeza de nuestra cultura ibérica en común.
Cuentas con la
colaboración de la joven saxofonista chilena Melissa Aldana, quien ya goza de
un gran reconocimiento.
Esta idea de acercar jota
y jazz nació al sentarme con ella aunque en el primer disco yo ya lo grabé en
el sello de Chano Domínguez con músicos españoles. Pero quería que músicos que
no supieran nada de jota la pudieran tocar a lo Frank Sinatra como si las
conocieran de toda la vida. Al conocer a Melissa Aldana hace cuatro años y
hacer una gira juntas por España. Ahí se me ocurrió lo de ejazz con jota y que podía ser un disco de jotas por jazz como
aquel primer disco y así concretarlo más para el cuarto. El disco se llama ejazz porque somos nosotras, Melissa y
yo.
Creo que ella toca en
todos los temas, ¿cuál es su papel en el disco?
Ella es la invitada
especial y es quien más solos hace en el disco. Ella es pieza fundamental de
que se me ocurriera este proyecto pero la composición es toda mía. Habíamos
hecho el proyecto de la gira que duró un añó, luego ella fue la primera mujer
en ganar el premio Thelonious Monk en Estados Unidos y tiene sus proyectos
allí. Pero como la idea surgió estando con ella quería que fuera la invitada
especial.
En los temas cantas en
inglés y castellano.
Sí, no hay ningún tema
sólo en inglés, los combino en el mismo tema. Están mezclados.
¿Crees que es
imprescindible para internacionalizar la jota?
Ayuda bastante. Cuantos
más idiomas cantes a más gente llegas. En España los grupos que cantan en
inglés en realidad hacen música anglosajona. Nunca se ha hecho música española
en inglés.
Cierto, en el flamenco y
la copla nunca se ha cantado en inglés.
No, hasta que yo lo he
hecho no había pasado. No quiero decir que todo sea en inglés pero si dices la
mitad de la letra en inglés ayuda a que la gente te entienda. Si se hace en
serio no tiene porqué no funcionar.
Uno de los temas del
disco es un poema de Fetullah Gülen, El llanto del ruiseñor. ¿Qué representa este poema
para ti?
Fue una cosa
circunstancial. Hace años me propusieron participar en un proyecto
internacional a publicar en Turquía como homenaje a este poeta que yo en
realidad no conocía. Había que cantarlos en inglés y yo escogí este poema
porque habla de los que son extranjeros en su tierra natal y pensé en los
palestinos y los kurdos. Lo hice en inglés y español y este poema no es muy
largo y me permitía hacerlo en los dos idiomas.
El poeta luego he sabido
quién era. No sabía dónde me estaba metiendo y resulta que es como el Escrivá
de Balaguer del partido que gobierna aunque ahora se ha enemistado con el
presidente Erdogan. ¡No había poeta para poner música menos problemático! Pero
sí fue importante para que me diera cuenta de que podía cantar las jotas en
inglés. Si podía cantar un poema turco en inglés y quedaba tan bien, ¿por qué
no iba a poder hacerlo con las jotas? Y así me animé.
En el disco participan
otros grandes talentos del jazz como Gordon Au y Greg Hopkins.
Greg Hopkins es el
director de la Berkley Jazz Orchestra con la que hemos grabado. Y a Gordon Au
lo conocí como trompetista compañero de Melissa Aldana y resulta ser uno de los
mejores alumnos de dirección de orquesta que ha tenido Greg Hopkins y que iba a
hacer la orquestación del disco, así que ambos estaban encantados de trabajar
juntos.
También invité a otro
gran músico, el batería Joel Rosental. Toca en los temas más latinos y lo
conocí en los festivales de jazz en Zaragoza, primero como batería de Michel
Camilo y después del grupo Spyro Gyra. Fui a una clase suya que dio en Logroño
y me enseñó a tocar el ritmo cubano a la batería, que es lo único que sé tocar.
Así que han sido unas invitaciones muy personales, gente que tiene una
vinculación sentimental conmigo.
¿Y George Garzone?
Fue profesor de Melissa
Aldana y es productor. A través de él hicimos el contacto para grabar el disco
así que ser merecía tener un solo.
Retomando los aires
latinos, uno de los claros ejemplos es el tema Mucho ringo-rango.
Eso es digamos jota
cubano tanguera con latin jazz, jajajaja. Lo hispano en el jazz que se conoce
en el mundo es el latin jazz y está muy presente en el disco.
La letra tiene cierto
aire de reproche. ¿Te has encontrado mucho ringo-rango en la vida?
¿Y quién no? ¡Y más en
estos tiempos en los que dicen que hemos vivido por encima de nuestras
posibilidades cuando ha sido una minoría los que lo han hecho! Pues viene que
ni al pelo en estas circunstancias.
En ella cantas “Por soñar
lo imposible soñé que me querías”.
Es la combinación de dos
jotas: Mucho ringo-rango y Que la lluvia ría. He cambiado el orden
pero utilizo el mensaje de estas coplas. Y el resto es cosecha mía para crear
esta historia.
¿Y tú eres una buscadora
de imposibles?
Sí, lo reconozco. Y
además en esto soy tan aragonesa como el chiste
de que la única manera de meter a trescientos aragoneses en un seiscientos es
decirles que no caben. Sólo hace falta que me digan que la jota no se puede
cantar en inglés para que yo diga “cómo que no se puede, ya lo vas a ver!”
jajajaja. Cuanto más difícil más empeño le pongo.
Hay otro tema que se llama No quiero vivir otro día de la marmota.
Sí, viene de la película con Bill Murray, me
pareció un tema fantástico. El tema me parece muy interesante porque explica
que no puedes cambiar la realidad pero sí tu actitud frente a ella, así que
cada día Bill Murray se levanta en el día de la marmota y todo es igual pero él
puede reaccionar de manera distinta y de ese manera el día también cambia. Así
que lo aproveché para explicar lo que me pasó una vez con un caballero jajaja.
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Ahora estás de gira con el disco, ¿presenta
muchos cambios en su versión en directo?
Debido a los tiempos que corren no puedo
permitirme que me acompañe la Jazz Orchestra, así que lo he reducido a un
formato trío.
Hablando de los tiempos que corren, ¿crees que
el mundo del arte está instalado en el más de lo mismo al servicio del mercado?
Sin duda, muchos artistas claudican porque
pasan muchas necesidades. Y si no lo hacen se quedan fuera por una cuestión de
supervivencia. Nos están dejando que nos muramos y hay una descarada intención
de aniquilación. Es muy difícil trabajar en estas condiciones.
¿Y crees que hay una regresión en la libertad
individual?
Por supuesto, la libertad individual, el
pensamiento crítico, el compromiso del artista con el talento que tiene que
cumple una función en la sociedad. Eso se ha perdido porque interesa más la
música como entretenimiento, hasta la cocina y la moda son más importantes que
la música.
Incluso en las publicaciones de música la moda
empieza a ocupar más espacio.
Y además si te fijas, los artistas para
presentar un trabajo tienes que hacer un reportaje llevando marcas caras. Lo
importante son las fotos que te hagas con esas marcas. Y si no lo haces, no
sales en las revistas. Así de sencillo.
¿No tienes esperanza pues?
Mi esperanza es que cuando se toca fondo hay
que empezar a subir pero hace falta algún tipo de apoyo desde el gobierno
porque si no es imposible, o que al menos nos quiten las medidas que nos ponen
en más dificultades.
Y artísticamente, ¿hacia adónde va Carmen
París?
Probando como siempre. El próximo proyecto es
una colaboración con una maravillosa cantante de Marruecos, Nabyla Maan, a
propuesta del Festival Pirineos Sur, en mi tierra, que tiene un acuerdo con el
festival de Casablanca EAC-L'Boulvart, para agosto de 2015 en el Pirineos Sur y
en septiembre en Casablanca. En principio es una colaboración puntual pero lo
que está claro es que yo voy a seguir trabajando en la mezcla con las músicas
del mundo.
A nivel personal, si te preguntara por un
color, ¿cuál sería y por qué?
El verde que es el color de mis ojos y del que
tengo más ropa, además de ser el color de la esperanza.
Y si te sintieras perdida en la vida, ¿a qué
recurrirías para reencontrarte?
A la música siempre y a la gente que me
quiere. Esa es la mejor manera de ir por la vida, con la gente que te quiere.
Además de la música y la literatura, mi entorno es muy importante para
sobrellevar esta vida tan injusta.
¿Y nos podrías contar algún sueño que hayas
tenido?
Pues uno que tiene mucha gente, el sueño de
volar. Lo tengo en muy pocas ocasiones pero cuando lo tengo y siento que estoy
volando digo “me tengo que acordar de esto para cuando me despierte hacerlo de
buen humor” jajajaja. Porque es que a mí
volar me encanta. No lo hago muy a menudo pero ¡es una maravilla!
¿Y si alguien te dijera que le haces volar con
tu música?
Es lo mejor que te pueden decir. La música es
algo importante en la vida de las personas, te anima en momentos muy bajos. Si
alguien me dijera eso de mi música pues ¡misión cumplida!.
Una entrevista de Juan Carlos Romero
Carmen París website
carmenparis.net
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