Captar lo invisible
Descubrí
a la artista Clara Lorca a través de sus fotografías hechas durante un viaje
a Marruecos. En ellas ya percibí un sentido especial para la composición, una
aproximación muy personal al mundo del color y un evidente espíritu de búsqueda
y voluntad de comprender desde la experiencia. Nacida en Granada, lo cual ya
predispone a una pasión por la cromática, se licenció en Bellas Artes en la
Facultad Alonso Cano en 2009 para luego estudiar un máster en producción
artística en la Universidad Politécnica de Valencia, completando su formación
con diversos cursos de arte y diseño gráfico tanto en Valencia como Madrid. A
partir de 2005 ya participa en diversas exposiciones colectivas y en 2009 llega
su primera exposición en solitario en Granada bajo el título Recordando a Chopin. En 2014 inició un curso de hiperrealismo en la Escuela de Escultura Profesional Almart de Madrid y al poco tiempo empezó a investigar por su cuenta convirtiéndose en su laboratorio y segunda casa en la capital, donde, por ejemplo, ha desarrollado todo su trabajo en joyería. Pintora, escultora,
diseñadora de joyas y viajera en cuerpo y alma, su joven carrera ya va bien
cargada de proyectos a través de los cuales busca captar lo invisible,
invitándonos a sus fascinantes viajes en series como Polvo de estrellas, Cosmos o Entrañas.
¿Qué
es el arte?
Para mí, el arte simplemente es una
manera diferente de concebir y mirar la misma realidad, y como cada persona es
capaz de transformarlo y expresarlo de una forma distinta.
¿Cómo
te inicias en la expresión artística y por qué te decides principalmente por
pintura y escultura?
Me inicio de manera inconsciente,
desde pequeña. No existe un momento concreto, creo que es algo que existe
dentro de uno mismo. Durante mis estudios en la universidad, me fui decantando sobre
todo por la pintura, me resultó más fácil comprenderla y expresarme a través
del formato bidimensional. Quizás también en la facultad se hace más hincapié
en esta disciplina que en otras.
¿El
arte es para ti más un medio para obtener preguntas y respuestas de la
realidad, para crear nuevas realidades o ambas cosas?
El arte para mí, es simplemente un
desahogo de mis emociones, una búsqueda constante de la naturaleza, de la
verdad, una ilusión por captar lo invisible, lo intangible. La realidad es muy
relativa, es la misma para todos pero cada persona la concibe de una forma
distinta. Por eso yo solamente intento encontrar mi propia manera de hacerlo.
Revisando
algunas des tus series encontramos títulos como Cosmos o una exposición titulada Polvo de estrellas. ¿Qué te inspira tanto del universo?
Nos hemos acostumbrado a
concebir el paisaje natural adaptado a nuestro tamaño. Nuestros problemas
mundanos de la vida cotidiana acaparan toda nuestra concentración. Pero si
miramos un poco más arriba o más debajo de la escala humana, encontramos que
todo se relativiza. Las dimensiones, el tiempo… todo parece perder la
importancia que nosotros le otorgamos. Al intentar recrear el universo, me
evado hacia otra dimensión. Es otro tipo de naturaleza que no alcanzamos a ver
con nuestros propios ojos y estéticamente ¡Me parece una maravilla!
¿Tienes
un concepto espiritual de la existencia?
No sé definir con claridad que pienso
al respecto. Creo que la existencia y la ausencia de ella es algo que el humano
no alcanza a comprender, por mucho que pueda tener fe ciega en algo.
Otra
de tus series es Catarsis. ¿Qué nos
puedes contar de esa catarsis?
Catarsis es, como indica el término,
una purificación del alma, un soltar lastre interior, renovarse, limpiarse,
expulsar. Son una serie de obras en las que intento recrear estados emocionales,
bien a la hora de pintar, dejándome llevar por mis instintos, o bien a través
de recuerdos que quería expresar.
En
ella encontramos la obra Paraíso interno
en el cual destaca un rojo que nos hace intuir un desgarro. ¿No hay paraíso sin
sufrimiento?
Bueno, en realidad esa obra hace
referencia a la belleza interior de nuestro cuerpo. Cuando hablamos de paisaje
solemos tomar como inspiración la naturaleza que nos rodea (montañas, ríos,
nubes) Pero no nos paramos a pensar en otro tipo de paisajes, en la belleza que
alberga por ejemplo esta máquina perfecta, nuestro organismo, gracias al cual
podemos ser quien somos y vivir.
Seguramente
este cuadro es el que guarda más relación con una serie anterior, Entrañas. ¿Qué te fascina de nuestra
anatomía? ¿Alguna relación con tu visión del universo, como una estructura que
se repite?
Sí, por supuesto. Creo que todo forma
parte de lo mismo. Son sistemas en movimiento, que forman a su vez otros
sistemas. Patrones que se repiten en todas las escalas.
En
tus esculturas vemos una fuerte inspiración en lo orgánico, lo cual nos remite
a Entrañas, pero como decíamos en
cierto modo también con Cosmos. Una
de tus obras que más me ha llamado la atención es Río visceral. ¿Buscando la fuerza original, la esencia de la vida?
Bueno, las series son solo una manera
de denominar conjuntos de cuadros en exposiciones o temas específicos que quiero
tratar, pero realmente para mí no existe una separación entre ellas. Cada obra es
una evolución y ampliación de lo anterior. Río visceral es como el fluir de la
vida, los ríos que nos corren por las venas, que nos nutren.
¿Tú
eres visceral o más bien racional?
Las dos partes habitan en mí casi por
igual. Lo difícil está en saber cuándo escuchar más a una o a otra. Ni quedarse
sin hacer las cosas que uno desea por pensar siempre en “lo lógico”, ni ser un
continuo manojo de impulsos y desgarros. Todo en su justa medida, creo que las
dos son imprescindibles en mi vida.
Un
rasgo común en tu obra es el uso de colores muy vivos. ¿Es un rasgo de tu
personalidad, es tu visión de la vida o más un deseo de cómo te gustaría que
fuera?
Es la manera que tengo de transformar
las sensaciones abstractas en algo físico, tangible como puede ser un cuadro o
una joya. Es un proceso complicado, fisicalizar los pensamientos. Pero no solo
es importante el color, es también su textura, su posición en el espacio, su
peso dentro de la composición… es decir, con qué intención está ahí, qué quiere
contarnos. También me expreso a veces con blancos y negros o colores con menos
saturación. Todo depende de lo que quiera transmitir.
¿Podrías
explicarnos un sueño que hayas tenido mientras dormías?
Hace poco soñé con un bicho negro que
se hacía cada vez más grande, que tenía un caparazón de ferrofluido en
movimiento. Era bonito a la par que aterrador, pero parecía inofensivo, y creo
que tenía más miedo él de mí que yo de él. Creo que hacía referencia a esa
parte investigadora y creativa inherente a mí que siempre necesita más alimento
para seguir creciendo. Algo que a la vez te da pánico, te persigue, pero te
parece entrañable, como la misma creación.
Una entrevista de Juan Carlos Romero
Clara Lorca
Fotografías cortesía de Clara Lorca
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