PAULA BONET

Cielos internos


© Paula Bonet




Cuando tras un paseo por las calles recién mojadas por una lluvia súbita y efímera, te alerta la soledad urbana, aquélla que te penetra en la osamenta del alma hasta el terror del aislamiento inesperado, a uno no le queda más refugio que su juguetería interna, la que se anda por las ramas pintando de rojos y azules los verdes de corazones propios y ajenos, reales o soñados, vistos y no vistos. Algunos lo llaman pasión, otros, muchos, ni siquiera han oído hablar de ello. Paula Bonet lo inventa a cada momento haciendo de su realidad un eterno lienzo en blanco donde hacer danzar los colores de su pensamiento.


Tener ante nuestras miradas las obras que componen su Flors vermelles i indis de plàstics verds es tocar el cielo y darse cuenta de que no existe, pero que podemos dibujarlo y sentir en durante el proceso poco a poco nos lo vamos creando dentro. En él bailan indios de plástico la danza de los cuatro vientos. Las voces se fugan con el eco dejando almas boquiabiertas. Los dedos se pintan los labios internos para soñar con las risas que nunca tuvieron. El color verde ya no lo es, pues nunca lo fue. Ahora es rojo, y de plástico azul. Nadie lo sabía porque Paula Bonet guardó muy bien el secreto que los señores cromáticos le susurraron al oído siendo ella tan pequeña que se fugó en un dedal de papel. Y con él ha llegado hasta nuestros días viviendo en su futuro, mucho más lejano que el nuestro porque es transparentemente intenso. Y verde, como sólo los rojos saben serlo.

No hay más bigote que el que no quiere serlo, diría un color pasando inadvertido. Paula Bonet pinta su imagen y semejanza, habla con flores en dos dimensiones como quien va a comprar el pan y regresa con lo puesto. Todo un mundo creativo donde perderse para volverse a encontrar completamente desnudo y con un color distinto en cada dedo, deseando que el mundo sea blanco para crearlo de nuevo. Una maravilla.

Texto de Juan Carlos Romero
Arte de Paula Bonet