Impacto de la libertad
Pierrot, el enamorado de la luna, siempre ha sido uno de mis personajes favoritos. Personaje nacido de aquella Commedia dell'Arte que irrumpió en la Italia del siglo XVI originalmente con el nombre de Pedrolino y con un carácter irreverente, a su paso por Francia fue adquiriendo modales y una expresión más melancólica, y que hoy es para todos la del payaso blanco. Y, por supuesto, también azul, tras la icónica imagen de Jean Paul Belmondo en la magnífica película Pierrot le fou de Jean Luc Godard.
Barcelona tuvo su propio Pierrot, aquél creado como alter ego del artista Antonio Gracia José, polifacética energía creadora que paseó su enorme talento desde el cabaret a las artes gráficas. Actor, dibujante, escritor, showman, Pierrot fue pionero en el cine experimental y de terror. Fallecido recientemente, l'Antic Teatre de Barcelona le rinde homenaje. Pierrot estrenó muchas de sus obras de terror del que denominó Teatro de impacto en este teatro cuando aún se llamaba Círculo Católico San José. Todos sus montajes escénicos acababan siendo películas en Súper 8, siendo algunos títulos La muñeca, Vampiros, Miss Drácula o Poseídos. Su estilo underground de factura amateur era fruto de una visión muy personal y de su amplio conocimiento visual como diseñador gráfico y fue proyectado en distintos festivales de cine de terror, así como sus carteles fueron imagen en el Festival de Sitges en muchas ocasiones.
Ahora se le recuerda mediante la exposición de sus obras gráficas y la proyección de material audiovisual. Y podremos recordar que debemos ser realistas y pedir lo imposible: la luna.
Texto de Juan Carlos Romero
Foto de Antonio Gracia José
Foto de Antonio Gracia José
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