KATIE MELUA

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Sueños de una noche de verano


Fotografía de Miquel González
Cortesía de Festival Castell de Peralada



"If all your dreams were on fire, which one would you save?" Cuando sonó este verso de la canción Dreams on fire interpretada en directo por Katie Melua en el auditorio del Castell de Peralada, no pude evitar mirar al cielo estrellado que cubría con la belleza merecida la preciosa noche que la cantautora georgiana nos estaba regalando en el marco de la 31a edición del Festival Castell de Peralada. La canción es una de las veintiuna que interpretó con elegancia y sensibilidad, con la suavidad del terciopelo siempre recién nacido que cubre su hermosa voz, a manos llenas de dulzura, ternura y cierto poso de serenidad sorprendente por su juventud, como demostró en cada una de las mínimas presentaciones que hizo de las canciones que iba a interpretar.

Con tan solo 32 años, ya cuenta con siete álbumes publicados, habiendo debutado en 2003 con el álbum Call Off the Search en el cual ya incluyó dos temas propios: "Faraway Voice", sobre la muerte de Eva Cassidy, y "Belfast (Penguins and Cats)", sobre el tiempo que vivió en la capital de Irlanda del Norte y su experiencia con la tensión que dominaba entonces la ciudad, y que además fue la cuarta canción del concierto, con su verso "It's about being able to fly, It's about dying nine times." En 2004 se convirtió en la artista femenina que más discos vendió en el Reino Unido. 


Fotografía de Miquel González
Cortesía de Festival Castell de Peralada


Su más reciente entrega es In winter del pasado 2016, del que incluyó tres temas en el setlist del concierto, por orden: Plane song, la mencionada Dreams on fire, y finalmente Perfect world, que bien podría establecer una trilogía del optimismo junto a Wonderful life, escrita por ella y que sonó en segundo lugar "it's about being able to fly, It's about dying nine times", y la versión del clásico Wonderful world del maestro Louis Armstrong, que no fue la única versión de la noche, devolviendo a la vida escénica al espíritu de Janis Joplin versionando Piece of my heart, aunque mucho más cálida que la poderosa Joplin, y el precioso Diamonds are forever de la saga Bond, también susurrado y tornado en una delicia inolvidable. 

Vuelve, Katie, a susurrarnos las lágrimas y las risas de una vida que ciertamente es un regalo maravilloso. Tu concierto lo demuestra.








Un artículo de Juan Carlos Romero
Fotografías de Miquel González
Fotografías y vídeo cortesía del Festival Castell de Peralada
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