JANIKA

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Belleza inmunda



Janika
Foto de Antxon Ordoñez Bergareche
Edición de JANIKA
Foto © + cortesía JANIKA



Leyendo el poema Nocturno del hueco que Federico García Lorca incluyó en su fascinante Poeta en Nueva York es difícil no sentir desconsuelo ante versos de entraña viva y belleza cruda como Dentro de ti, amor mío, por tu carne, / ¡qué silencio de trenes bocarriba!, / ¡cuánto brazo de momia florecido!, /¡qué cielo sin salida, amor, qué cielo!. La programación del Antic Teatre de Barcelona, inspiradora como de costumbre, me llevó a comprar billete para un retrato de belleza desgarradora de los viajes concéntricos de esos mismos trenes boca arriba llenos de abrazos de momia florecidos de los que hablada Lorca, surgidos de la sombra acumulada por la renuncia y la negación obstinada y ciega. En el escenario, INMUNDA de la Cia. Janika, creada e interpretada por Juana O. Kippes, el espejo al que nadie quiere mirarse, el espacio que todos negamos, el aire que no sabemos respirar pero de eterno retorno, un eco negado puesto de largo, moviéndose en soledad en la noche resignada.

Juana O. Kippes investiga nuestra relación con el cuerpo, artista circense y del movimiento, busca la creación del verso gestual viendo belleza en la existencia misma, sin necesidad de filtros convencionales.

 

¿De dónde surge tu necesidad de expresarte artísticamente?

Creo que desde varios puntos. Es cierto que soy muy física, y que a través del cuerpo logro entender cosas que desde el concepto no les encuentro asociación. Pero ese impulso es bastante filosófico también, indago bastante en el pensamiento y en la observación de cómo éste se crea, y es en esa periferia donde se unen ambas.

Al utilizar las palabras impulso y pensamiento, me haces pensar en la dualidad instinto / intelecto. ¿Juegas mucho entonces con la parte inconsciente?

Exacto, siento que ahí es donde se vuelve inteligente, porque se nutre de dos campos desde los cuales logras jugar con el símbolo, y eso me parece super interesante.

Hay algo también de poner en relieve el impulso esencial de la existencia, que a veces obviamos.

Sí, totalmente. Creo que es una inflexión que nos sensibiliza muchísimo, es el borde entre lo racional y lo sutil. Y nos comunica, nos conecta con el colectivo.

Hablando de comunicación: el movimiento, el gesto, son fundamentales en tus propuestas ¿Crees que en la sociedad de la comunicación virtual hemos perdido riqueza expresiva no verbal, o incluso verbal?

Sí, de momento sí, o al menos le afecta a un punto donde se volvió predominante y necesitamos reeducar eso. Es como decía Byung-chul Han, cuando habla de las superficies lisas y la perfección de la digitalización. Va absolutamente en contra del desorden de las formas, y la expresión en sí es lo contrario a la neutralidad, es deformación. Y tras eso existen muchas convenciones: vergüenza, control...

Esta reflexión me lleva directamente a tu creación INMUNDA, que presentaste en el Antic Teatre de Barcelona. Tocas auténticos temores de nuestra sociedad: la soledad, la dicotomía entre el individuo y la aceptación social, el silencio...

Sí, y es precisamente ese el argumento: el abismo de lo que censuramos, pero que en realidad habla de la naturalidad más propia. Es justamente ese el objetivo, volver o (de)volver esa integridad.

Pero al final, recuperando la reflexión del inicio, hay un impulso de especie que nos lleva a necesitar la aceptación social, y, en cierto modo, eso pasa por ser superficies lisas, aunque sea a ojos de los demás.

Sí, totalmente de acuerdo. Es que la belleza es algo que difunde celebración y con lo que todas queremos identificarnos. Pero hay un punto de lo grotesco, sea el nivel que sea, que logra profundizar conceptos de una manera que si fuese sólo por la perfección no se llegaría. Es como una belleza regurgitada: la atraviesa y la resignifica, y se vuelve más bella aún.

Una vez una señora escultora que me estaba haciendo, mientras le contaba de este proyecto me dijo: "claro, es que la fealdad no está de moda...". Me dejó pensando, pienso que tenía razón.

¿Una belleza inmunda?

Jaja, sí. O inmunda para la sociedad que nos representa en estos momentos. Pero en sí, una belleza completa. 

 

Fotografía de Juana O. Kippes

 

 

Tu propuesta en INMUNDA es muy intensa, y claustrofóbica. Intimista, pero con aires de prisión, con algún elemento rojo, luz tenue, objetos de repente por el suelo, como queriendo romper el orden establecido. ¿Por qué crees que la aceptación pasa por alisar nuestra superficie y no por alimentarse de la diferencia?

Bueno, creo que muchas veces el miedo reacciona antes que nosotras y ordena antes de que accionemos desde lo espontáneo. Quizá luego viene el permiso de ser expresivas ante algo. Vivimos en una sociedad donde la soledad y la vergüenza son incisivas contra lo auténtico y más representativo. Creo que es una reacción de valores.

Artísticamente te mueves, nunca mejor dicho, sin tener en cuenta fronteras artísticas: danza, performance, circo, teatro... En una guerra dirían que te mueves en tierra de nadie, que de no estar ligado a lo bélico me parecería un término precioso. ¿Te sientes en tierra de nadie?

Jajajaja. Sí, pero creo que es justamente hermoso. Creo en un cuerpo orgánico, porque creo que la expresión es tridimensional, y eso lo traduzco a lo que entiendo por libertad en todas sus formas. Y por otro lado me interesa ponerlo en valor, creo que como sociedad actualmente estamos replanteándonos cuál es el límite entre categorías, si en realidad la heterogeneidad es mucho más abarcativa, permite una lectura más amplia y lo que me parece interesante: más asociativa.

La tierra de nadie en una guerra es un terreno que nadie quiere ocupar para no exponerse al ataque del enemigo. ¿Ves, entonces, una mayor capacidad de riesgo creativo en la actualidad?

Sí y no, porque también pienso que se está desdoblando. Creo que la manera en la que venimos enfrentando los enigmas se está agotando, y necesitamos otra perspectiva que no individualice y más bien colectivice, funda, mezcle o al menos desordene lo sistematizado. Es como si necesitáramos volver a un expresionismo pero actual, y necesitamos entender qué es, y cómo.

¿Ves el término "individualizar" como algo negativo o contrapuesto a "colectivizar" como positivo?

No creo que sea negativo siempre y cuando individualizar esté ligado a una responsabilidad que no pierda de vista el conjunto o el impacto en el conjunto. Puede parecerme negativo porque creo que llegó a un límite y debe incluir lo opuesto para que tenga sentido. Si no hay una visión colectiva de la misión individual creo que va a ser difícil entender qué trazamos como sociedad y cuáles son nuestras necesidades. Pero a la vez es una responsabilidad que creo es muy difícil de gestionar, casi utópica, requiere de mucha educación. Que sirva de invitación, eso sí. Y eso con el tiempo será un disparador que cuestione las formas. Que creo es lo que está pasando.

En la creación artística hay mucha lucha, sin duda. ¿Hay también enemigos?

No precisamente. Hubo un punto en el inicio de la creación donde me pareció interesante apoyarme y explorar la decadencia, y el momento en que esta decadencia se vuelve absurda, incluso irónica. Creo que el objetivo se acerca más a valorarla, y entender la relación entre la intimidad y la exposición: solemos mostrar algo cuando está listo para ser visto, y no cuando su parámetro es el desorden.

Pero sí se ve el arte como enemigo, por parte de algunos estamentos sociales. O como un peligro.

Jaja. Hace unos días venía reflexionando precisamente sobre esto. Creo que como sociedad estamos llenos de respuestas, todo el tiempo nos están bombardeando con respuestas. Es entendible, una respuesta tiene el poder de lo concreto, es lineal, inyecta información inmediata. Es decir, vende, rápidamente es un elemento mercantil. Pienso que el arte es precisamente lo inverso: es crear preguntas, y el realizarlas requiere expresión, son la creación en sí. Para entender, ampliar o evolucionar un argumento, una situación inminente, necesitamos incógnitas, es la base del pensamiento creativo. Claro que peligra, cuestiona el pensamiento infundado.

Pero también pienso que es perfecto, porque cuando una pregunta se vuelve urgente, la resolución la genera el colectivo, las personas (como está sucediendo con el feminismo, con lo inclusivo, con el discurso disidente, por ejemplo). Y luego eso se asienta y se vuelve educación. Es decir, con el tiempo consumimos las preguntas que establecemos.

Al entrar en tu web, nos recibes con Simone de Beauvoir. ¿Qué representa para ti?

Ella logró un discurso que siempre termina pareciéndome actual. Me vincula con lo humano, que no pierde de vista lo esencial, y desde un lado muy político también. Me parece una visionaria, es un discurso abierto que continúa trabajando.

¿Y cuáles son tus visiones, adónde se encamina tu futuro, artísticamente?

En lo inmediato estamos trabajando por el estreno de INMUNDA que se prevée para la temporada 22-23. Por otro lado, me gustaría seguir trabajando en la hibridación de propuestas, en seguir colectivizando la compañía y los métodos. Siempre me cuestiono cuál es el límite entre instalación-escena-público, desde qué punto logra nutrirse más el acto escénico, cómo incluir la fotografía, la performance, el sentido de comunidad y capacidad de creación a partir de una necesidad vinculante. De alguna forma, no lo sé, y es bonito porque será un descubrimiento conocerlo.

Hablando de sueños, ¿podrías explicarme un sueño que tuvieras mientras dormías?

Qué hermosa pregunta. Hace poco me encontré con un jabalí. De nuevo; es un animal que me visita bastante. Caminaba por el campo de noche y sentía el color hueso del trigo, y la sensación del aire áspero por el sonido que emite cuando se seca. De lejos en alguna urbanización vecina se oía el murmullo de personas y el ruido que generaba su conjunto. Pero donde yo estaba era amplio y vacío a la vez, con ese efecto de enormidad y gratitud. Apareció en una sombra y me miró, siempre con esa sensación de fuerza, de magnitud y de mirada penetrante. Mi reacción fue de un impacto tranquilo, le devolví la mirada y fuimos constantes, sostuvimos lo que teníamos hasta que se fue. En el irse lo observé hasta que no quedó nada y el campo estaba vacío otra vez. Me desperté tranquila, contenta, con la sensación de que todo estaba bien. Supe que era así y lo integré. Abrí los ojos, lo agradecí.

Belleza inmunda

Jajajaja...Sí, totalmente.


Una entrevista de Juan Carlos Romero
Fotografías cortesía de Janika
Para más información sobre Janika por favor visitad https://lajanika.wixsite.com

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