NAMINA

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Bendita lluvia



© Jordi Soler Quintana





Natalia Miró do Nascimento ha crecido entre músicas y lenguas diversas. Como Namina presenta su primer disco, "Orlando", porque, como ella dice, "después de madurarlo recorriendo Cataluña ha llegado la hora de hacerlo realidad y concretar el repertorio en directo con un hilo argumental". Namina es el alter ego que transforma en música sus pasiones y obsesiones. Desde el otro lado del espejo, el del público, es un torrente creativo de ritmos, melodías e intimidad. Y así nos llega "Orlando", con la actitud propia de aquel "Perquè vull" (Porque quiero) de Ovidi Montllor, con el matiz añadido del amor, la necesidad y la diversidad. Todo, pues, riqueza y delicadeza. Ella dice que hace "rock mediterráneo de autor o algo así" pero olvida su profunda atmósfera literaria. El disco está lleno de personajes propios y ajenos. Al mismo Orlando de Virginia Woolf, Namina añade al baile la Tereza de la novela "Tereza Batista Cansada de Guerra "de Jorge Amado, y los pequeños y grandes momentos de la vida va  rociándolos a ambos y al resto de canciones como lluvia fértil de la que la tierra de nuestra alma nunca acaba de tener suficiente. Con la lluvia de Namina, hay que olvidar los paraguas y dejar que nos moje bien mojados los corazones.

¿Por qué elegiste la música como medio de expresión?
 
Primero iba a decir el tópico: "de hecho, la música me escogió a mí". Pero no sería verdad. Siempre, desde muy pequeña, me han gustado y he practicado muchas disciplinas artísticas. Mi primera vocación era ser bailarina, soy una bailarina frustrada. Pero también he escrito desde siempre y he dibujado, pintado...

Con la música supongo que encontré el medio que más conectaba conmigo, el más visceral. Y también vi que, si me esforzaba, podía llegar a hacerlo mínimamente bien.

¿Creciste en un entorno musical?

Tropicalmente musical. Es decir, en casa no había músicos, en la familia no hay músicos. Pero mi madre es musical. He mamado música toda la vida, sobre todo por la parte brasileña, aunque en casa sonaba música de todo tipo.

¿Por eso has elegido Namina como nombre artístico, cogiendo una parte de tu nombre y de tus dos apellidos, bebiendo de todas tus fuentes?

No tengo gracia ninguna en eso de inventarme nombres. Un amigo, músico de Mozambique, me bautizó así y me gustó mucho. Es corto y fácil.

Pero sí es cierto que tus canciones tienen un sonido de raíz, no sólo estilístico sino personal, de muy adentro. De hecho comentabas que la música era para ti el medio más visceral. ¿La composición para ti es siempre un ejercicio introspectivo, incluso terapéutico?

Sí, a pesar de que ahora "terapéutico" no significa lo mismo que cuando tenía catorce años. Pero lo sigue siendo, aunque haya temas que no partan de vivencias autobiográficas. La composición es introspectiva y solitaria. El directo es la explosión de la comunión con el otro. Es la profesión perfecta!

En qué circunstancia te encuentras más a gusto, ¿en la soledad o en la comunión?

En las dos. El equilibrio es la clave. Para componer, la soledad; para actuar, la banda entera y un buen público.

Dada el alma de blues que transpira tu música te tengo que preguntar, ¿cómo vives la tristeza?

No puedo evitar vivirla como material creativo. Puede sonar un poco estúpido, pero la verdad es que nosotros decidimos cómo nos enfrentamos a la vida. Todo se transforma. La tristeza, como la alegría, dura lo que quieres que dure o lo que es necesario que dure. La tristeza, una vez transformada en canción, es material terapéutico a disposición tuya en cualquier momento.

Hablando de transformación, abras tu disco diciendo que te sientes como "Snake Skin shedding". ¿Una metamorfosis?

Sí, esa canción precisamente habla de mi relación con la música. A menudo comento que yo no necesito drogas porque me drogo yo misma. La música, los libros y el cine son mi droga, literalmente. Pero es cuando canto que no puedo evitar entrar en un estado paralelo. Es una metamorfosis continua. Cuando alguien me dice que le ha llegado esto, soy la persona más feliz de la Tierra.


© Jordi Soler Quintana



¿Y quién es Orlando o qué representa?

Es curioso, Orlando es uno de los temas del disco más recientes. "Orlando" de Virgina Woolf es uno de los libros que más me han marcado. Lo suelo releer una vez al año. Hacía mucho tiempo que quería hacer una canción sobre el personaje, pero no me atrevía. Hasta que finalmente me decidí a hacerlo. Cuando la tuve hecha, me di cuenta de que Orlando soy yo. Asimismo, creo que Orlando somos todos. Seres libres por encima de todo. Los géneros, las etiquetas, etc. sólo son palabras que nos hacen interpretar roles en la sociedad.

Pero normalmente no somos capaces de escapar de ellos. ¿Crees que somos seres libres o prisioneros del instinto de supervivencia?

Somos seres libres encarcelados. Pero siempre es mejor crear tu propia cárcel sabiendo qué necesitas para vivir en la cárcel que te han impuesto los demás.

Pero lo normal es adaptarse a los demás...

Es bonito adaptarse a los demás, seguramente una de las cosas más bonitas que podemos hacer. Por eso hay que intentar estar rodeado de gente por la que estás dispuesto a adaptarte.

Nuevamente la comunión.

 ¡Sí!

Pero ¿no crees que la riqueza se encuentra precisamente en la diferencia? ¿No es ésta la que nos hace avanzar?

Claro, si no no habría que adaptarse a los demás. Adaptarse no significa ceder en todo. Los demás también deben adaptarse a ti. Y no siempre será posible. Es parte del juego. No todos nos podemos gustar y ser amigos, ¿no?

No, claro. Curiosamente en otro tema cantas “vi que o mundo era eu...tudo na verdade / sempre foi simples / como a pisada na beira do mar”. Me ha hecho pensar en Protágoras quien dijo "El hombre es la medida de todas las cosas" ... 
¿Es un momento de egocentrismo o crees que la verdad está en un mismo?

 Sí, ¡ahora que lo veo puede ser visto como egocentrismo! Pero nada más lejos de lo que pensaba en esta canción. "Como a pisada na beira do mar" habla de las pequeñas cosas, los instantes efímeros. Decir que yo soy el mundo lo veo como decir que eres parte, una parte minúscula y efímera. Y aun así hay instantes fantásticos, como pisar la arena de la playa y ver como el mar la borra.

La vida también se borra ...

Exacto.

En "Dirt" cantas "What am I supposed to do? Nothing but pray " ¿Tienes un concepto espiritual de la vida?

En realidad, no lo sé. Supongo que sí. Pero mi espiritualidad es como mi música, ecléctica y visceral. La naturaleza me impresiona lo suficiente como para despertarme la espiritualidad.

Visceral y espiritual podría sonar contradictorio. ¿Buscas normalmente las contradicciones?

 Ay, no las busco, ¡me encuentran!

¿No te encuentras a gusto con ellas?

 Sí, me he adaptado a las contradicciones en amorosa comunión.

Touché. Y "Como llueve" ...¡Hay que ver con tu lluvia!

 ¡Jajajaja!

¿El agua te mueve o eres más terrestre?

 Los elementos en general. Pero sí, el agua es un tema recurrente.

Para terminar, me podrías explicar un sueño que hayas tenido mientras dormías?


Yo de pequeña en un lugar que podría ser el barrio de Sarrià de Barcelona, ​​yendo a un edificio antiguo muy bonito y rodeado de un jardín silvestre. Entrando en una especie de recepción / tienda, una señora mayor con moño me daba unas zapatillas de ballet. Naturalmente, yo era muuuy feliz! De hecho, todavía quiero tener mis primeras zapatillas de ballet.










Escucha el álbum de Namina Orlando aquí


Una entrevista de Juan Carlos Romero
Namina website namina.net
Fotos Jordi Soler Quintana. © Jordi Soler Quintana
Canción Orlando letra y música de Namina
Vídeo dirigido por Jordi Soler Quintana
Vídeo editado por Microscopi © & ℗ 2014 Microscopi
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