música de Richard Strauss
libretto
de Hugo von Hofmannsthal
Gran Teatre del Liceu
Barcelona, 17 de noviembre de 2014
Barcelona, 17 de noviembre de 2014
Cuando se supo que la
soprano alemana Anne Schwanewilms
se había torcido el tobillo durante los ensayos, saltaron todas las alarmas de
cara al estreno de Arabella de
Richard Strauss en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. Aún así, la fecha del
estreno se mantuvo y poco antes de empezar la función el Liceu anunciaba que a
pesar de las dificultades físicas Anne Schwanewilms iba a interpretar a
Arabella, por lo que pedía comprensión. La verdad es que su actuación fue
magnífica, y así lo valoró el público del teatro con su entrega final. Frau
Schwanewilms war wirklich wunderbar.
Hay
que decir que el camino de esta producción de la Oper Frankfurt no ha sido
fácil en su llegada al Liceu. El director musical tenía que ser Antoni Ros-Marbà
pero tras sufrir taquiarritmia fue baja y sustituido por el austriaco Ralf Weikert. Se ha
publicado que no tan sólo hubo problemas de salud sino también falta de
sintonía con el elenco pero de lo que sí hay constancia es de la prescripción
de reposo absoluto para el maestro Ros-Marbà. A ello hay que unir la baja por
motivos personales de la soprano Genia Kühmeier en su papel de Zdenka,
finalmente interpretado por la valenciana Ofelia Sala.
Bien está lo
que bien acaba. La Arabella dirigida por el alemán Christof Loy con escenografía
de Herbert Murauer entusiasmó al público de Liceu en su estreno del 17 de
noviembre. Su puesta en escena minimalista, con paredes blancas jugando con
unos volúmenes en movimiento, jugando con la abstracción daban protagonismo
absoluto a los personajes interpretados por un elenco magnífico encabezado por
la belleza de Anne Schwanewilms. El tiempo carece de importancia y la
psicología, los porqués de cada personaje, sus miedos y carencias, asumen el
mando de la historia, conectando hábilmente con el espectador que se encuentra
con un escenario abstracto donde cada uno puede volcar sus propias
circunstancias.
La historia
de Arabella es la de un noble arruinado, su padre, que quiere casarla con una
familia adinerada. Arabella sueña con casarse por amor pero su padre la confía
a un rico forastero y ella accede para salvar a la familia. Al final, el amor
triunfará pero tras largas confusiones y enredos. Si bien la historia no es
precisamente excepcional, la música es absolutamente refinada y compleja
técnicamente, tanto para las voces como para la orquesta. Ralf Weikert
consiguió calidad orquestal necesaria, aún quedando en algún momento algo
deslucida. El barítono Michael Volle se hizo con el personaje a la perfección
así como con su evolución psicológica. Ofelia Sala ofreció una magnífica
Zdenka, la hermana travestida de Arabella, especialmente en su momento de mayor
intensidad cuando desvela a todos que es mujer. Pero por encima de todos la
elegancia y musicalidad de Anne Schwanewilms, la perfecta Arabella.
Texto de Juan Carlos Romero
Fotos y vídeo cortesía del Gran Teatre del Liceu
All rights reserved