música de Bernat Casablancas
libretto de Rafael Argullol
dirección de escena Carme Portaceli
dirección musical Josep Pons
escenografía de Paco Azorín
dirección musical Josep Pons
escenografía de Paco Azorín
Gran Teatre del Liceu
Barcelona, 9 de febrero de 2019
Estreno mundial
La lengua rosadaBarcelona, 9 de febrero de 2019
Estreno mundial
Allison Cook and José Antonio López (© A. Bofill) |
"Yo soy tu lengua rosada penetrando en mi boca"
Lea a Ram
Lea a Ram
La tragedia griega cobra vida penetrando rosada en una pieza contempóranea con raíces barrocas de la mano personalísima del compositor Benet Casablancas, en la que es su primera ópera, y de un texto, como él prefiere denominar y no libretto, original del poeta y filósofo Rafael Argullol, de una belleza hiriente llena de simbolismos cargados de actualidad. La maravillosa mezzosoprano Allison Cook intepreta a Lea dotándole de toda su fuerza y belleza, siempre poderosa, en un montaje vibrante, contundente y absolutamente brillante de Carme Portaceli, aunque no desde la lectura más interesante en mi opinión, con la batuta portentoska de Josep Pons y la, como siempre, excelente escenografía de Paco Azorín, de estética industrial, con mallas y cubos metálicos nutridos de juegos focales y proyecciones, dando un sentido asfixiante a la mirada del otro. La libertad, la vida y la muerte, el abuso, el erotismo, todo en danza coral.
Cor del Gran Teatre del Liceu. (© A. Bofill) |
Recientemente el Gran Teatre del Liceu explicaba su historia en un documental. En sus orígenes, como en el de todos los teatros de ópera europeos, estaba el anhelo de conectarse a las novedades musicales del momento. Esa prioridad se perdió hace muchísimo tiempo, no solo en Barcelona. Las óperas clásicas dominan hasta la asfixia la programación de las plazas operísticas sin lugar para los compositores actuales, los creadores de la música de hoy, y de mañana. El fenómeno es, pues, global, pero cabe admitir que en el caso del Gran Teatre del Liceu es especialmente alarmante. Barcelona está muy desconectada de lo que ocurre ahora, de la creatividad musical actual. Son, sin duda, muchos los factores que han contribuido a ello, y, seguramente, los económicos tienen un peso que no es fácil de gestionar. Si algo saben los teatros del mundo es que la taquilla es mayor programando clásicos que arriesgando con nuevos compositores y en un contexto de recortes públicos, en unos lugares más duros que en otros, es comprensible la falta de riesgo. Pero comprensible no es lo mismo que plausible y en Barcelona ya han pasado demasiados años, diez según me cuentan, sin estrenar una obra nueva. Se agradece doblemente, pues, este reencuentro, siempre arriesgado, y esperemos que L'enigma di Lea sea el inicio de una gran amistad, porque vivimos, mal les pese a muchos, demasiados seguramente, en el siglo XXI.
El reencuentro del Gran Teatre del Liceu con lo que supone estrenar una obra nueva ha sido sorprendente, extraordinario en muchos sentidos, con los que me quedo. L'enigma di Lea, escrita por Rafael Argullol orginalmente en castellano y luego traducida al italiano, con una preciosa música de Benet Casablancas, músico humanista, si se me permite, muy coral, de un lirismo de herida liberadora, ha contado en su estreno mundial en Barcelona con un montaje magnífico, aunque no siempre a la altura de la sólida obra de Casablancas y Argullol, nada fácil, por cierto, por su rica simbología y poca teatralidad, más reflexiva que narrativa, más propio pues del oratorio. Quizás por esa razón, parace como si el montaje quiera ir por el camino de la acción, mientras que la obra se adentra mucho más hacia la reflexión y la contemplación meditativa. La obra va más en la línea contemporánea, más de abstracciones y conceptos que de devenires narrativos, mientras que el montaje es muy teatral en el sentido clásico de la palabra. El momento que más alcanzó la comunión con la obra original, a mi entender, fue en la escena final, abriendo por primera vez el espacio a la meditación.
Un dios viola a Lea y queda condenada a vagar admirada, temida y odiada por todos los hombres, quienes ansían poseerla para llegar al enigma divino que atesora en su interior. Dos seres monstruosos la vigilan, temerosos de su ser libre. Una radiografìa exacta del machismo que ha dominado nuestro mundo, aunque esta pueda ser solo una de sus lecturas, pues se trata de una obra de dimensiones diversas que necesitan de muchos espacios y gran quietud, más que de movimiento. Contrario por tanto a los tiempos actuales, más movidos que pensados.
Xavier Sabata (© A. Bofill) |
El reparto encabezado por una esplendorosa Allison Cook es riquísimo. El barítono José Antonio López interpreta a Ram con amplia riqueza expresiva; el contratenor Xavier Sabata aporta una gran teatralidad además de luz vocal al Dr. Schicksal, y la soprano Sara Blanch y las mezzos Anaïs Masllorens y Marta Infante, las tres damas que retrotraen a las tres brujas de Macbeth, a su vez a las tres encarnaciones del destino de la mitología clásica, nutren bellamente sus personajes. Y en todo ello, la delicadamente sutil coreografía de Ferran Carvajal.
Un texto de Juan Carlos Romero
Fotografías de A. Bofill por cortesía del Gran Teatre del Liceu
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