MISUNGUI


El inexplicable impulso creativo



Misungui  © Denis Lucas



Misungui es el misterio, lo que hay al otro lado del espejo. Su último proyecto es la película République / Filles du calvaire de Sarah de Vicomte pero la creatividad nunca se detiene en la vida de Misungui. Estudió ciencias políticas y un máster en estudios de género para el que escribió una tesina bajo el título Baiser comme un homme, la pornographie ou les nouveaux enjeux du féminisme (Follar como un hombre, la pornografía o los nuevos objetivos del feminismo). Entonces descubrió un mundo de feministas que veían o producían pornografía o espectáculos de sexo explícito. Se interesó por el film Too much pussy de Émilie Jouvet y tras asistir a un espectáculo de Wendy Delorme decidió abordarla para felicitarla. Wendy entonces la cogió de la mano y le pidió que la sustituyera en el número con Louise de Ville. Ella aceptó y así empezó todo. Su nombre artístico viene de su nombre de iniciación a una planta chamán de los pigmeos del Gabón (el Iboga), y quiere decir “el espíritu del gato salvaje”. Así nació Misungui quien dice inspirarse en sus fantasmas, sus miedos, sus cuestionamientos sobre la identidad, la dicotomía naturaleza/cultura, la sexualidad, el cuerpo en general y el pudor.

¿Quién es Misungui?

Misungui es un personaje queer (es decir, ni hombre ni mujer ni trans ni andrógino ni nada que sea clasificable) que milita a través de performances, fotos y de discursos escritos y orales por una sociedad libertaria y solidaria, anarco-comunista pues.

Te defines como intérprete y modelo, feminista queer y pro-sexo, anarco-comunista, militante de la autogestión y la autodeterminación. ¿Puedes hablarnos del feminismo queer?

El movimiento queer es en esencia anarquista, anima a la gente a reapropiarse de su historia, su cultura, tanto desde el punto de vista puramente sociológico como del más contemporáneo que representa la biopolítica. Se trata de comprender que el cuerpo sexuado está construido por la cultura y por la química tras decenios si no siglos, y se trata de apropiarse de este mecanismo para deconstruirse y/o reconstruirse por uno mismo, independientemente de las normas y el orden establecido.

¿Por qué defiendes las ideas del anarquismo y el comunismo?

Me defino como anarco-comunista porque he crecido en una familia coco y que con el tiempo y las metas políticas, económicas y ecológicas evolucionando, he comprendido que había que salir del productivismo y el crecimiento a cualquier precio, lo cual el comunismo no hacía. El comunismo reparte mejor las riquezas, lleva a los trabajadores a organizarse y a ayudarse entre ellos, favorece igualmente la participación democrática pero el estado está muy presente y el orden legal parece muy importante. De golpe, encontré en el anarquismo y más recientemente en ciertos movimientos ecologistas, anti crecimiento, zadistes (movimiento vinculado a las ZAD o zones à défendre, zonas rurales o naturales ocupadas como protesta a un proyecto que las amenaza), etc. el aliento que le faltaba al comunismo para hacerme soñar de nuevo.

Así pues, autogestión, decrecimiento, pero con puesta en común de los medios de producción, solidaridad y participación. De todos, a su manera, a la vida en grupo (trabajo de la tierra pero también las artes, las ciencias, las técnicas, los cuidados, el intercambio…Ninguna actividad vale menos que otra, ¡todo el mundo está invitado a practicar todas las que le plazcan!).

¿Y qué importancia tiene el sexo para ti?

El sexo es una de esas actividades satisfactorias, interesantes, creativas, simples, gratuitas, infinitas. Es también un lugar que puede fácilmente traspasar la moral, la política y las normas siendo por tanto uno de los temas favoritos de estos tres campos del pensamiento... Me encanta la idea de que durante siglos los religiosos, los políticos y los moralistas han intentado regir nuestra sexualidad sin jamás conseguirlo del todo! Esta práctica representa para mí la base de una revolución por esta misma razón.

¿Tienes miedo de tus instintos?

Habría que definir “instinto” porque si hablamos de intuición femenina o de instinto maternal, o instinto animal, como si mis acciones estuvieran determinadas por antiguos reflejos biológicos y no por la cultura y los condicionantes que he vivido por la educación de mis padres, o la educación del instinto por la escuela y los medios diversos, entonces rechazo la idea de instinto. Ahora si hablamos del instinto artístico, de la intuición universal, del aliento creativo inexplicable, sí, entonces ahí digo ok y no lo temo, al contrario, lo busco.

Hablas de ti misma como ninfómana y exhibicionista.

No pienso para nada que sea ninfómana, no sé dónde has leído eso pero no yo no me definiría así. No pienso en follar más a menudo que la mayoría de la gente de mi edad, sinceramente estoy en pareja, no exclusiva cierto, pero eso no significa que folle todos los días. Verlo muchas veces al día, no. Exhibirlo, sí de acuerdo, hace falta un mínimo para hacer bien mi trabajo y obtener placer, es cierto.

Lo leí en una entrevista de hace algunos años. ¿Crees que los occidentales tenemos una actitud natural hacia el sexo?

En cuanto a una relación “natural” en el sexo, voy simplemente a rechazar esta pregunta porque encuentro absurdo pensar el sexo en una dualidad naturaleza/cultura. ¿Qué es natural? ¿Qué no lo es? En realidad, no importa.

Trabajas la performance shibari y kinbaku. En occidente conocemos la palabra bondage, pero creo que son conceptos algo diferentes. ¿Qué es le shibari/kinbaku?

El shibari es el bondage tradicional japonés, ni más ni menos. No hay más diferencia que quizás la inspiración cultural, una cierta estética, etc.



Misungui et Gorgone en rigger © Patrick Siboni




Misungui et Gorgone en rigger © Patrick Siboni




Misungui et Gorgone en rigger © Patrick Siboni






Misungui et Gorgone en rigger © Patrick Siboni




Misungui et Gorgone en rigger © Patrick Siboni




Misungui et Gorgone en rigger © Patrick Siboni




¿Dónde está el placer en el dolor?

El dolor es un concepto totalmente subjetivo pues lo que lo hace quizás no me hace daño y sobretodo quizás lo que me haría daño en un contexto no me lo hace en otro. El arte del shibari es llevarte a traspasar los límites del cuerpo y del espíritu, trascender sus relaciones muy normalizadas para bien y para mal, en la carne y en el espíritu, en uno mismo y en el otro.

¿Por qué crees que estas prácticas son normalmente rechazadas por la sociedad?

Globalmente todo lo que puede liberar a la gente es rechazado por la democracia occidental que mantiene a la gente en un coma artificial a base de tele y sufragio universal, ¡mis cojones!

Después por supuesto que están los gustos y los colores, ciertas personas no se aficionan y no es nada grave! ¿Qué práctica deportiva o artística consigue unanimidad? ¡Ninguna!



Franckenqueer by Bukow Lik© OmBilik


Trabajas también la creación de personajes en tus performances y haces un interesante trabajo artístico creando nuevas partes de tu cuerpo jugando con la figura andrógina.

Sí, creé a Franckenqueer, una criatura polisexual y multigénero, para explicar el cuerpo como un puzle del cual se pueden juntar y separar las piezas por placer y no siempre en el mismo orden. Hay también esa rabia de vivir, ese lado un poco primitivo de un recién nacido, me gusta mucho ese tipo de emoción. Pero de modo general si hago performances, fotos, arte visual, es también para evitar hablar de ello demasiado así que vale más venir a ver mis espectáculos y juzgar por uno mismo!






République / Filles du calvaire a film by Sarah de Vicomte





Una entrevista de Juan Carlos Romero
Misungui website
Fotos de Denis Lucas, Patrick Siboni y Bukow Lik 
Publicadas con el permiso de los artistas
Video de Sarah de Vicomte
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